En la Fundación nos define una concepción cristiana de la vida, la persona y el mundo. Cuidamos la pedagogía para que sea adecuada e innovadora; atendemos a la formación en los valores humanos, pero sabemos que nuestro signo distintivo debe ser nuestra acción pastoral.
Entendemos que una buena formación cristiana empieza por un estilo acogedor, afable, familiar, que haga sentirse a los alumnos y alumnas realmente queridos por los que les rodean y también por Dios. Aspiramos a que nuestros alumnos sean felices y se sientan a gusto en el colegio. Nuestra acción educativa se basa en potenciar y animar unos equipos directivos sólidos que ejerzan el liderazgo y fomenten el trabajo en equipo en el claustro, al tiempo que impulsan la formación continua como elemento indispensable para una calidad educativa.
Por último, hay que destacar que apostamos por una educación innovadora, integradora y con una especial sensibilidad hacia los que más sufren.